CADA
UNO DE LOS INTEGRANTES DE ESTE BLOG REALIZA UN COMENTARIO A LA OBRA DE EDGAR
MORIN “LOS SIETE SABERES NECESARIOS PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO”
Breve
comentario por Patricio Díaz Muñoz:
· Desafíos para el educador: Barreras a
derribar.
· Redes necesarias a construir.
· Que le dice Edgar Morín al Chile de
hoy.
Por
mucho tiempo nos hemos quedado en nuestras retinas con ideas que involucran las
relaciones sociales en el desarrollo de los procesos educativos. Sin ir más lejos
llegan a nuestras prácticas pedagógicas teorías como las del aprendizaje social
de Albert Bandura en que se afirma que los niños aprenden observando la
conducta modelada y se fortalece esta conducta o debilita en la medida que se
aplican premios o castigos, las consecuencias de las propias acciones se
repetirán o descartarán de acuerdo al éxito observado o por los cambios
evidenciados a raíz de la reproducción de modelos.
Se
mezclan también la teoría del aprendizaje significativo de Ausubel, el
aprendizaje por descubrimiento de Bruner, las etapas del desarrollo de Piaget,
y el aprendizaje social de Vygotsky en que valoriza el medio social para el
aprendizaje.
Comentario
aparte ha sido el aporte significativo de Paulo Freire, uno de los mayores
aportes del siglo XX enseñando un camino de dialogo entre profesores y
estudiantes. Sus ideas influencian los procesos democráticos y repercuten en la
educación latinoamericana y el mundo. Se puede catalogar como una pedagogía de
la esperanza, la búsqueda de un cambio y un mundo mejor.
Todas
estas corrientes claramente se transforman en aportes para conformar una visión
pedagógica para el siglo XXI. Es entonces cuando irrumpe el pensamiento de este
filósofo francés (E. Morin) que nos desafía; a los educadores, a la búsqueda de
una educación que derribe barreras: “las
cegueras del conocimiento”, pues no existe conocimiento acabado que dé
garantías de disolución del error y la ilusión.
Contrariamente el conocimiento humano siempre estará expuesto a los
movimientos y devenires sociales y personales. Entonces el conocimiento no se
puede considerar una herramienta hecha que se puede utilizar sin profundizar en
su naturaleza.
Lleva
a la reflexión de cuál es la educación que nos cure esta “ceguera” de un
conocimiento que solo propende a la racionalización, sino otra visión que nos
vincule necesariamente el desarrollo de la inteligencia acompañado con la
afectividad. Por lo tanto surge la idea de un conocimiento que sea capaz de
criticar el propio conocimiento, es decir la necesidad de preparase para afrontar
riesgos constantes de error e ilusión, la racionalidad.
Formaremos
entonces una humanidad que critica el conocimiento, con una persona que es
capaz de detectar y remediar los errores e ilusiones del mismo, en un contexto
social flexible que permita la coexistencia ideológica.
Derribando
las barrares del egoísmo y el
etnocentrismo se pensará en una educación que se desarrolle desde la
complejidad de la naturaleza humana en su conjunto y no en una fragmentación de
ella, entender el ser humano situado en el universo, pero también en su
unicidad separado del todo. Entonces la condición humana debe ser objeto
y sujeto fundamental de toda educación.
De esta manera derribaremos también las barreras paradigmáticas y su
poder imperativo y prohibitivo que determinan los estereotipos, las ideas
recibidas preconcebidas, las creencias absurdas etc. Derribaremos las barreras
geopolíticas y culturales que dificultan el entendimiento de los pueblos.
Ahora
bien, si quisiéramos desarrollar un trabajo educacional de acuerdo al marco
teorico planteado por Morín, enseñando la condición humana, con una identidad
terrenal que comprenda y enfrente las incertidumbres dentro de una ética del
género humano las sociedades debieran relacionarse de otra manera. Las
instituciones internacionales debieran actuar en forma más radical. Las
Naciones Unidas debieran potenciar el desarrollo de políticas de desarrollo
humano por medio de la UNESCO. Sin ser
invasoras de las culturas se deben hacer esfuerzos por que se unan al trabajo
educativo; los centros de investigación científica y tecnológica, las
transnacionales de la comunicación, las instituciones financieras, las
universidades, las iglesias. Para que los pueblos sean gestores de su propio
desarrollo de acuerdo a sus valores y riquezas culturales, humanidad con
conciencia común y solidaridad planetaria.
Lo
mismo aplicable a nuestra realidad nacional pero con un énfasis en una
religazón de los conocimientos adquiridos en las etapas de la vida educativa
formal. Para ello articular los procesos de paso entre las diferentes etapas,
desde el pre escolar al ciclo básico y el secundario hasta llegar al
universitario y terminar con los conocimientos segmentados y desintegrados en
instituciones diversas y disciplinas
variadas. Ejemplo sería las redes que se pueden establecer con Integra, Junji,
Mineduc, Crunch, etc. Centrar el objeto de la educación en el Ser del ser
humano, articulado desde los niveles inferiores y desde las instituciones pre
escolares.
Por
esto si pensamos en una educación de futuro en nuestra patria necesariamente
debemos abrir la reflexión, derribar las barraras que por años se han
establecido en Chile para defender o potenciar pequeñas parcelas egoístas de
sus propios ciudadanos y de los vecinos del continente. Salir de estos enclaves
heredados de la historia para abrirnos a un altruismo social, solidario con
todos en esta concepción y construcción de la antropoética. Una ética universal
que desarrolle los aspectos democráticos de la convivencia humana. Aprender de
la historia reciente de divisiones, privaciones de libertad y derechos civiles,
tortura y dolor, empobrecimientos y enriquecimientos. Pero para ello debo
cuestionarme y plantear como Morín un sustrato para la reflexión: el gran desafío para el futuro
es educar la condición del Ser, para vivir y ser con otros y para otros. Pero ¿Qué modelo de Hombre Educa Chile para
el Siglo XXI?
COMENTARIOS
DE CLAUDIA
a) Desafíos para el
educador: barreras a derribar
Edgar
Morín en su libro “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”
considera siete principios claves o saberes para la educación del futuro, a
través de estos puntos busca contribuir en el quehacer de los educadores, así
como aclarar su pensamiento sobre la educación del futuro y realizar cambios
significativos en la forma de observar, para generar una nueva reforma del
pensamiento educativo.
Morín
habla sobre los riesgos más comunes que acompañan al ser humano en la búsqueda
de la construcción del conocimiento y lo denomina las cegueras del
conocimiento, advierte de la amenaza del error y la ilusión, otorgando a la
educación el deber de avocarse a la identificación de estos riesgos y a generar
un cambio de paradigma. Por lo tanto, Morín señala que si la primera tarea es
la de enseñar un conocimiento que forme a la humanidad para criticar el
conocimiento, el primer objetivo de la educación del futuro será apropiar a
cada uno de los alumnos de la capacidad para detectar y reparar los errores,
dentro de un escenario social de flexibilidad, crítica y sobre todo de
convivencialidad ideológica.
Morín
señala que es primordial acceder a la información sobre el mundo, considerarla
y organizarla en todas sus dimensiones.
Morín
señala que el docente debe innovar en el quehacer educativo, asumiendo los errores, generando un cambio que provoque
el aprendizaje de los alumnos a través de la aplicación de estrategias
adecuadas.
El
docente debe cambiar la visión acerca del alumno, ya que el alumno debe jugar
un rol protagónico, el docente será un facilitador del conocimiento y el alumno
deberá comprometerse en convertir estos conocimientos en elementos claves para
su desarrollo.
Se
debe trabajar en la reforma educacional, concentrándose en el ser y en la
confianza del hacer, derribar la barrera que existe en la educación la escasa
capacidad de observar, analizar y gestionar las acciones adecuadas.
Aplicar
los siete saberes se consideran indispensables a la hora de educar en el
futuro, generar cambios de mentalidad, afrontar los problemas en la educación
con la humildad que se requiere.
b) Redes necesarias a
construir
Edgar
Morín, propone que para combatir con la fragmentación de la educación es
necesario desarrollar e implementar equipos de trabajo y esto implica un cambio
significativo en la dinámica del equipo, debemos procurar ampliar los
conocimientos y competencias, desarrollar un proceso planificado de
enseñanza-aprendizaje en equipo.
Requiere del compromiso de enseñar-aprender-trabajar junto con las otras
personas más allá de los límites de cada campo disciplinario.
La
participación activa de la familia provoca un enriquecimiento mutuo que incide
en el desarrollo del niño y su familia.
El aporte de la familia constituye un pilar fundamental de información
para el equipo.
Se
debe generar un anclaje entre la educación pre-escolar, básica, media y
universitaria e incluyendo los requerimientos del mundo laboral. Formar una sola red de apoyo, donde todos
tienen acceso a la misma información, con el propósito de desarrollar
aprendizajes significativos y habilidades que serán evaluadas no solo una vez,
ni en forma escrita, muy por el contrario, serán evaluadas en nuestro quehacer
diario.
El
mundo avanza rápidamente, debemos adaptarnos a los continuos cambios, el
docente juega un rol fundamental al momento de generar los cambios y organizar
reformas, poniendo a prueba sus capacidades en el liderazgo como en gestión,
desarrollando habilidades tales como la capacidad de auto critica, tolerancia
por el pensamiento distinto, compromiso por un trabajo bien hecho y capacidad
para liderar este proceso de cambio.
c) Qué le dice Edgar Morín
al Chile de hoy
El
autor Edgar Morín, le entrega a nuestro país un importante mensaje, que debemos
cambiar nuestra mirada hacia el futuro de la educación, que debemos realizar
profundos cambios a nivel local lo que nos permitirá formar parte del resto del
mundo, es una invitación a generar cambios profundos en el ser humano, ser más
persona, más humanos, integrados en una convivencia individual y universal, que
seamos parte de una cultura global, actuando con conciencia provocadora de
desequilibrios, con nuevas formas de enseñar, educadores comprometidos con los
alumnos y viceversa.
Morín
lo que nos presenta no es una forma para considerar nuestra educación como
equivocada, sino más bien, una invitación a intentar probar y atreverse a
cambiar los paradigmas en la forma de educar, descomponer lo establecido y
componerlo en ideas nuevas, muy pertinentes a los futuros cambios que se
vienen.
El
autor hace mención a que nuestro país se encuentra ubicado en una zona
tri-fronteriza, pero que nos desarrollamos separados de nuestros vecinos, por
las diferentes culturas, lenguaje. Chile tiene un muy buen capital social, sólo
falta despertarlo y movilizarlo hacia esos desafíos, debemos ser tolerantes con
las diferencias y que los educadores deben enseñar a potenciar la identidad
terrenal. Debemos comenzar a trabajar
hoy para obtener el futuro que deseamos.
COMENTARIOS
DE SUSANA
a) Desafíos para el
educador: barreras a derribar
Si
se trata de profundizar en los modelos pedagógicos de la educación superior, en
la modernidad, y para no quedarnos en los clásicos como Vygotsky con su
interacción con la sociedad, Habermas en la profundización de la comunicación,
Dewey con el abordaje de la Escuela Nueva, Kemmis con el concepto de
investigación-acción, Freire con el respeto a la autonomía del estudiante, y
aunque sí tomando algunas de sus apreciaciones como elementos sustanciales,
sobre todo cuando se quiera aplicar el modelo crítico social, deberíamos como
educadores acercarnos más al pensamiento de Edgar Morin.
Derribar las barreras del asignaturismo
existente en todas las curriculas del mundo, pues desde el enciclopedismo y la
división de las ciencias de Comte, el conocimiento se ha hecho por partes, lo
que impide ver el todo, por eso la idea de la OCDE, y el alineamiento mundial
entorno al desarrollo de habilidades permite una amplitud de conocimiento, es
parte de lo que Morin llama enseñar a conocer el conocimiento.
Es tan simple lo que plantea el filósofo y tan
radical, que es como escuchar a niños de kínder con sus explicaciones,
naturales, simplemente humanas, no divididas ni desagregadas, entonces la
condición humana es el primer objeto de enseñanza, el ser humano y sus
implicancias, por suerte para los chilenos las bases curriculares de la
educación pre básica van en esta línea, solo nos falta modificar las bases
hacia arriba desde primero básico que caen en el asignaturismo.
Sus máximas nos llevan a profundizar incluso
sobre los resultados de la ciencia. "El conocimiento conlleva el riesgo
del error y la ilusión", porque es factible que lo que hoy consideramos un
conocimiento científico mañana no lo sea, en parte por el avance de los métodos
y los hallazgos y en parte por la subjetividad en la percepción de aquellos
hallazgos o en los malos juicios e incluso el conformismo. El debate, la discusión y la crítica, debe
mostrarnos que la ciencia no es un Dios ni es el conocimiento mismo. Así mismo
al enfrentar la incertidumbre, la certeza es que todo termina, como ha ocurrido
con las civilizaciones y los imperios; además, las predicciones no
necesariamente se cumplen. La historia –dice– avanza por desviaciones y atajos,
la mutación es un hecho, el cambio es cierto y existe el azar, aparecen
factores impredecibles. Un nuevo conocimiento genera una incertidumbre más y
las decisiones desencadenan acciones que no son predecibles. La certeza se
reduce cada vez más.
Falta mucho en la educación. Por ejemplo la
comprensión y la comunicación. "La
comunicación no implica comprensión, pues las cosmovisiones son
distintas y en ocasiones incompatibles". Por eso se debe luchar contra el
egoísmo y el etnocentrismo e incluso el sociocentrismo. "La sociedad debe
ser democrática para tolerar y universal para aceptar las diferentes
culturas". Pretender por decreto que el país solo enseñe dos religiones en
sus aulas Católica y Cristiana, y no respeta a los no creyentes o gnósticos,
orientales, fundamentalistas, observantes, incluso creencias nativas
ancestrales, etc, se convierte en una barrera en sí, la enseñanza de una ética
y una moral, se traduce en un sistema de dominación, que inhibe la creación y
la diversidad, el sistema de comunicar lo establecido, no va de la mano con
comunicar la comprensión, con enseñar a aprender.
b) Redes necesarias a
construir
Partiendo
de la idea de que la educación debe desarrollar la identidad terrestre, la
incomprensión del ser humano como tal, y que debe comprender la enseñanza de
las incertidumbres, se hace necesario construir redes, para disminuir estas
incertezas, de disminuir la incomunicación, es necesario reestructurar
mentalidades, para que el hombre sea parte de una sociedad total y la sociedad
sea la comunidad de todos los hombres, una comunidad donde nadie sobra y nadie
falta, donde la razón se confronta a la necesidad, la creación a la naturaleza,
la experimentación a lo ético, y para que todo ocurra según el deber ser las
redes son un aporte al desarrollo, la comunicación es la fuente del saber, del
nuevo saber cómo enfrentar las incertidumbres, las redes sociales hoy hacen que
una autoridad no pueda ocultar cosas, ni menos actuar para sus privilegios, la
información se ha ido volviendo patrimonio de todos, ya no hay arcanos casi, ni
mitos, ni noticias asombrosas, ya no se puede mentir en las invenciones, pues
todo tarde o temprano se sabe. La ética humana nueva, y la educación deben
enseñar a compartir, el mundo tecnológico redujo las distancias y los tiempos,
ya no hay monstruos por descubrir, ni Dioses vengativos titiriteros del destino
del hombre.
Es necesario construir redes de comunicación
que nos den un solo entendimiento, que permitan al hombre de cualquier parte
del mundo entender lo mismo, como el 2+2 es válido en toda la Tierra, pero la
nación, la soberanía, “la raza humana” no se entiende igual en toda la Tierra,
los mitos de las ciencias, las ilusiones, y los errores de la historia, pueden
ser visto por estas redes, sin líderes, sin autoridades, donde todos pueden
participar y todos son responsables, redes que exigen a la sociedad “acción”, y
revierte el conformismo, pues el conocimiento de hoy es presente, es un qué
está pasando…
c)
Qué le dice Edgar Morín al Chile de hoy.
La
educación requiere pertinencia, por ello resulta necesario seleccionar la
información, mirar el contexto en el que se desarrollan los fenómenos, la
interacción que existe entre ellos y los grados de complejidad, siempre en el
engranaje unidad-diversidad y sin fragmentar los saberes. "La inteligencia
se construye de los conocimientos existentes y de la crítica de ellos" y
no se puede obviar ni lo general ni lo particular, hay que ir del uno al otro y
viceversa. Conocer la historia pero mirar el futuro, la importancia de una
ética social que defina los rumbos. La democracia nos permite construir
consensos y lograr la aceptación de reglas en el marco de la diversidad y con
la presencia del antagonismo. "La humanidad no es un concepto abstracto y
lejano, es concreto y cercano". La educación está al servicio de la
persona y no puede ser parte del sistema dominante.
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